miércoles, 9 de octubre de 2013

ENFERMEDAD DE ALEXANDER

DESCRIPCIÓN


La enfermedad de Alexander, una enfermedad neurodegenerativa, fue identificada, en 1949, basada en criterios neurohistológicos, p.e., la presencia de astrocitos distróficos conteniendo agregados de filamentos intermedios (fibras de Rosenthal) asociado a anomalías en la mielina. 
Desde entonces, han sido aisladas diferentes formas clínicas. La forma infantil (desde el nacimiento a los 2 años), la más común, se caracteriza por su inicio temprano y su evolución severa. Su sintomatología está asociada a macrocefalia progresiva (algunas veces hidrocefalia), retraso en el desarrollo psicomotor o deterioro mental, signos piramidales, ataxia y ataques convulsivos. 
Macrocefalia
El escáner de tomografía computerizada y la resonancia magnética ayudan en el diagnóstico ya que revelan anomalías en la sustancia blanca, predominantemente en los lóbulos frontales. La forma juvenil comienza en niños en edad escolar y se asocia a paraplejia espástica y síntomas bulbares progresivos. Las formas adultas son heterogéneas y de difícil diagnóstico. 
Esta enfermedad rara, a menudo considerada como una leucodistrofia, es normalmente esporádica; solo unos pocos casos familiares han sido citados. El descubrimiento de las fibras de Rosenthal en ratones transgénicos sobreexpresando la proteína acídica fibrilar glial humana (GFAP), que es el principal filamento intermediario del astrocito, condujo a la búsqueda de mutaciones en su gen codificante. 
Se han descrito más de 20 mutaciones GFAP, tratándose de mutaciones de novo dominantes. No obstante, parece necesario un diagnóstico prenatal para conocer el riesgo de mosaicismo germinal/célula-germinal. Por el momento, el tratamiento es puramente sintomático.
La enfermedad tiene varias formas que difieren en su cuadro clínico y en la edad de aparición, teniendo todas ellas el rasgo distintivo de la degeneración fibrinoide de los astrocitos con fibras de Rosenthal. Desde 1976 se reconocen tres formas de la enfermedad:

Forma infantil
Aparece desde el nacimiento hasta los 2 años.
Es la más común.
Puede cursar con o sin macroencefalia, aunque lo más corriente es que aparezca (Rodríguez, 2001).
Se observan ataques y retraso o involución en el desarrollo. La función motora se deteriora progresivamente hasta la cuadriparesis y espasticidad.
Hidrocefalia, en ocasiones asociada a estenosis del acueducto de Silvio. Aunque no se ha observado asociación entre la estenosis y la acumulación de fibras de Rosenthal.
Retraso mental profundo en la mayoría de los casos, aunque a veces no se ha observado.
Ataxia y ataques epilépticos.
vómitos y elevada tensión intracraneal.

Forma juvenil
Comienza en la edad escolar, a los 9,5 años de media
La sintomatología consiste principalmente en paraplejia espástica y signos bulbares progresivos.
Normalmente se preservan las funciones cognitivas.
Dificultades para tragar o hablar, vómitos, ataxia y/o espasticidad.
Puede darse cifoscoliosis
Mientras la forma infantil afecta generalmente al cerebro, la juvenil afecta más al tronco cerebral. Hay muchas fibras de Rosenthal, pero la desmielinización es menos importante que en la forma infantil.

Forma adulta
Es la forma más benigna y rara de la enfermedad. Se han observado casos de aparición hasta los 36 años. Recuerda a la esclerosis múltiple o un tumor.
La ataxia es muy frecuente, así como dificultades de habla, deglución y problemas en el sueño.
Los síntomas son similares a la enfermedad juvenil, pero más suaves.

Diagnóstico

El diagnóstico había sido durante mucho tiempo difícil, debido a que la mayoría de los signos podían darse también en otras leucodistrofias, de modo que la prueba diagnóstica de confirmación consistía en una biopsia cerebral que revelara las fibras de Rosenthal. En ocasiones esto se efectuaba post mórtem en la necropsia. Sin embargo, esta prueba resulta bastante invasiva y se vio la necesidad de buscar otras posibilidades aprovechando las nuevas técnicas de imagen por MRI. En marzo de 2001 la eminente neuróloga Marjo van der Knaap y su equipo pudieron establecer una serie de criterios que probaban en un 90% de los casos la existencia de la enfermedad. Se considera que la presencia de al menos 4 de los siguientes criterios dan un resultado diagnóstico positivo:
Presencia de anormalidades extensas en la materia blanca con una preponderancia frontal o bien en cuanto a la extensión de estas anormalidades, en el grado de abultamiento, en el grado de cambio de señal o en el de pérdida de tejido (por atrofia o degeneración cística).
Presencia de un borde periventricular de descenso de intensidad de señal en las imágenes potenciadas en T2 y elevación de la intensidad en imágenes potenciadas en T1.
Anormalidades en los ganglios basales y tálamos, consistentes en una elevación en la intensidad de la señal y abultamiento o en atrofia y aumento o descenso de la intensidad de la señal en imágenes potenciadas en T2.
Anormalidades en el tronco encefálico, en particular incluyendo el cerebro medio y la médula.
Aumento de contraste que implica uno o más de las siguientes estructuras: borde ventricular, cerco de tejido periventricular, sustancia blanca de los lóbulos frontales, quiasma óptico, fórnix, ganglios basales, tálamo, núcleo dentado y estructuras troncoencefálicas.


Dr. William Stewart Alexander

Nació el 27 de mayo de 1919 en Invercargill y murió el 10 de febrero de 2013 en Auckland.
Después de graduarse de la escuela de medicina, Alexander trabajó como asistente anatomía y patología en la Universidad de Otago y del hospital de Wellington.
Realizó una estancia de investigación de dos años en el Banting-Best Institute en Toronto.
Un compañero de la Fundación Rockefeller le dió la oportunidad de trabajar en Hospital de Londres con el neuropatólogo Dorothy Stuart Russell.
Allí estudió el caso de un niño de 15 meses de edad, con hidrocefalia y retraso mental y publicó hallazgos patológicos inusuales en 1949 después de su regreso a Nueva Zelanda en la revista Cerebral .
De 1950 a 1954 Alexander trabajó como patólogo en el Hospital Gris Monja en Regina en la provincia canadiense de Saskatchewan y luego entre 1955 y 1991, en ​​la práctica privada en Lower Hutt , Nueva Zelanda.
Durante este tiempo también trabajó como neuropatológico consultor médico en el Hospital Wellington y profesor activo en la Facultad de Medicina de Wellington.
Fue por sus contribuciones en el campo de la patología que le fue otorgada la Orden del Mérito en 1992 como Comandante de la Orden del Imperio Británico.

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